El pasado 28 de abril de 2025, España vivió uno de los mayores apagones eléctricos de su historia reciente. A las 12:33 h, una caída súbita de la red eléctrica dejó a gran parte del país sin luz.

Imaginemos ahora este mismo escenario en pleno verano. En agosto, la temperatura media en España ronda los 34 °C, y muchas zonas superan los 40 °C durante el día. Sin aire acondicionado, ni ventiladores, la sensación térmica en interiores se volvería insoportable. Para muchas personas, especialmente mayores, bebés o personas con enfermedades crónicas, esto no sería solo incómodo, sino peligroso.

En un escenario sin electricidad, las soluciones de sombreado pasivas cobran un valor crucial. Dispositivos de sombra como toldos, pueden reducir la temperatura interior hasta un 10% si se utilizan adecuadamente. Esta diferencia puede ser crucial y significar salud, bienestar en episodios de calor extremo.

El gran apagón nos recuerda lo vulnerables que somos ante la dependencia que de la red eléctrica y que con el aumento constante de las temperaturas y de las olas de calor, es vital apostar por alternativas resilientes que no dependan del suministro eléctrico.

En un mundo cada vez más impredecible, invertir en sistemas de sombreado pasivo no solo mejora la sensación de confort térmico, sino que también es una forma inteligente de prepararse para futuras emergencias climáticas y energéticas.