El pasado 21 de julio, con motivo del Día Internacional del Perro, convertimos nuestras oficinas en un lugar un poco diferente.
Varios compañeros trajeron a sus perros al trabajo, compartiendo con ellos no solo el espacio, sino también las tareas de la jornada. Desde primera hora, los pasillos se llenaron de la curiosidad de nuestros peludos. Algunos exploraban cada rincón, otros se acomodaban junto a los escritorios, y todos se ganaban sin mucho esfuerzo, más de una caricia.
La iniciativa surgió con una idea muy simple: integrar a nuestros amigos de cuatro patas en una jornada laboral. No hizo falta cambiar rutinas ni planificar nada especial. Bastó con su presencia para que el dia respirara otro ritmo al día, generando conexiones entre las personas.
Más allá del gesto, la experiencia dejó una sensación común: pequeños cambios pueden transformar el día a día sin necesidad de grandes cambios. Y que la flexibilidad, no solo es posible, sino también beneficiosa para todos.
En Sauleda entendemos el espacio de trabajo como un entorno compartido, donde las personas son protagonistas. Acciones como esta nos recuerdan que trabajar bien no siempre significa trabajar más, sino sentirse bien en el lugar donde estamos.


